Azules de Granadella / Óleo sobre tabla 41 x33 cm / Pintor Alejandro Cabeza 2000
La cala Granadella es un lugar de belleza indiscutible, y esta versión del año 2009 es otro ejemplo de su encanto. Desde una perspectiva aún más alejada que el cuadro anterior, esta imagen también se destaca por los vibrantes tonos azules y esmeraldas que siempre rodean esta cala rocosa. Si te diriges hacia la parte derecha de la cala, te encontrarás con unas escaleras de madera. Este es el comienzo de un pequeño sendero que te permitirá bordear la curva que forma esta hermosa cala durante aproximadamente media hora.
El camino es estrecho y serpenteante, entre las rocas, y en ocasiones tendrás que mojarte los pies o dar un salto arriesgado. Es importante tener precaución, ya que existe la posibilidad de caerse y lastimarse en algunos de estos pasos angostos. Sin embargo, no es motivo de alarma, ya que personas de todas las edades, incluidos niños y adultos mayores, transitan por aquí. Solo se requiere un poco de cuidado y atención durante el recorrido.
A medida que avanzas por la senda, podrás apreciar la inigualable vista panorámica de la cala y el mar que se extiende más allá. Los colores brillantes del agua y la majestuosidad de los acantilados te dejarán maravillado en cada paso. Es un entorno natural que invita a la exploración y la contemplación.
Si decides aventurarte por esta ruta, te espera una experiencia gratificante. Podrás sumergirte en la tranquilidad de la naturaleza, disfrutar de la brisa marina y conectar con la serenidad que proporciona este rincón pintoresco. Recuerda llevar calzado adecuado y tomar las precauciones necesarias, pero sobre todo, déjate llevar por la magia de la cala Granadella y disfruta de un momento inolvidable en este oasis mediterráneo.
