Cala Pope y Tangó / Óleo sobre tela 46 x 38 cm / Pintor Alejandro Cabeza 2008
Volviendo otra vez a los
esmeraldas, pero sin dejar el entorno de Jávea, encontramos esta
cala bastante escondida o, al menos, de difícil acceso. Situada junto a
la escollera de levante del puerto y resguardada por los acantilados
del cabo de Sant Antonio, la cala del Tangó o del Pope es considerada
uno de los rincones más bellos del litoral valenciano. Un paraje que, a
lo largo de la historia, ha sido representado por diversos
pintores. Como el propio Joaquín Sorolla, que la plasmó en diversos
cuadros, o Leopoldo García Ramón, otro
valenciano, por mencionar sólo algunos de ellos.
Diferentes composiciones en cada caso, pero donde los azules cobran,
invariablemente, protagonismo.
Existe una historia popular muy curiosa que circula alrededor de
esta cala tan pequeña y recóndita. Entre 1989 y 1965 vivió en Duanes de
la Mar de Jávea un religioso ortodoxo que
escapó de Rusia al estallar la revolución bolchevique. Acudía a bañarse
a esta cala, motivo por el cual se la empezó a
llamar Pope. Los vecinos que veían al Pope despojarse de sus llamativos
atuendos para darse en estas cristalinas aguas un chapuzón, incluso en
invierno, acuñaron el topónimo de la cala del Pope.
A
pocos metros de la cala, en un saliente de roca, existió una pasarela
de salvamento de náufragos que se asemejaba a las plataformas, conocidas
como "tangó", que desplegaban a ambos lados los buques de guerra. Hoy
ya desaparecida, sí se puede observar aún en muchas fotografías de la
época o en algunas pinturas.